Estoy estrenando computador. Obviamente este aparato estaba en la última lista de mis prioridades y ahora, que vuelvo a mi lista que he memorizado de tanto revisarla, me pregunto si era absolutamente necesario adquirir algo que ni siquiera estaba en el último lugar ,o si debería haberme acogido juiciosamente a esta lista meticulosa que tengo en mi escritorio desde hace meses . Lamentablemente el que tenía sacó la mano por viejo muy Probablemente por mal manejado. No me quedó más remedio que ir a comprar otro. Algunos de los que están leyendo estas letras habrán tenido la experiencia al entrar a un almacén de apple, encontrarse con una mezcla de plaza de mercado y centro comercial en época de navidad. Al llegar a mi casa con esa caja grande y bonita como todo lo de Apple, sentí una mezcla de excitación y culpabilidad que aún no he podido superar. Debo confesar que muy a mi pesar, aumentar mi inventario tecnológico, se ha convertido una experiencia maravillosa. Me ha planteado desafío emocional e intelectual . Emocional porque cada vez que agarro el teléfono para revisar los mensajes, los correos y el Facebook me invade una culpa inmensa por haber entrado este mundo de la tecnología al que he criticado tanto pues lo que me conecta con ‘la red’ , me desconecta de la vida real, del aquí y el ahora. No me cabe en la cabeza que todos estos aparatos de Apple se hayan vuelto mi herramienta de trabajo . Yo me entrene para estar al lado de la cama de mis pacientes y hoy, después de tantos años de ejercicio profesional, me encuentro que lo que me separa de mis pacientes no es una baranda de una cama sino una pantalla de computador. El desafío intelectual habla por sí solo ha sido complejo entrenar el cerebro para pensar de una manera totalmente contraria para qué aprendí. Cambiar las fichas de la biblioteca y los libros por Un computador que supera enormemente mi capacidad de entenderlo, estimula mis neuronas de manera tal que ojalá me sirva para prevenir el tan temido alzheimer.
Describir la sensación que me embarga el tener encima de mi escritorio, una pantalla tan grande como el televisor de mi casa cuando niña , escribiendo al tiempo que le hablo, me produce grato asombro no sólo por la incredulidad de que esto pueda estar sucediendo gracias a los avances tecnológicos, sin0 por el auto reconocimiento y la profunda admiración que siento conmigo misma por ser capaz de lograr que funcione. Sí. Yo se que esta tecnología es para «dummies» sin embargo y aunque sea difícil para las jóvenes generaciones entenderlo, aprender a navegar la barra de herramientas de este aparato me parece tan complicado como entender una consola de avión . La experiencia se hace aún más sorprendente al percibir a mi lado un secretario que me ayuda a transcribir lo que yo estoy dictando y sentir algo de vergüenza por temor equivocarme y por estar hablando sola, seguida por la sensación de sentirme acompañada.
Después de vivir la experiencia con el nuevo computador, me es mas claro que la tecnología tiene consecuencias negativas y positivas sobre la la manera como nos comunicamos y ha impactado la comunicación a todo nivel: personal, familiar, y social. De hecho a partir de la mensajería de texto, Skype, cámaras web, Facebook, Twitter y mensajes de correo electrónico, he podido sobrevivir esta experiencia del voluntario asilo. La facilitación de la comunicación nunca ha estado más a la mano. Pero no todo es color de rosa . Hay instancias en las que la comunicación uno a uno entre los seres humanos cae a través de las grietas y la tecnología toma el control .
A diferencia de las llamadas telefónicas, las cartas, el telegrama, el telex y el fax que fueron los medios de comunicación por muchísimos años -listo Medellin cabina 8- y que tenían sus protocolos establecidos, las reglas sobre el manejo de comunicación en este mundo virtual son difusas y hasta ahora estamos entendiendo sus implicaciones . Los mensajes de texto dan lugar a que una persona enojada no responda en el otro extremo, de hecho una paciente joven esta semana, me dice que no habla con su mamá que prefiere mandarle textos pues así evita su reacción automática y deja de contestarle cuando la conversación se le hace inmanejable. La posibilidad de evadir en este tipo de comunicación hace que nos sintamos más cómodos enviando mensajes de texto en cualquier momento y en cualquier circunstancia con la posibilidad de no «poner la cara». Hasta aquí no me he referido al prodigioso corrector automático que se inventa cualquier cantidad estupideces responsables de un ataque de risa incontrolable o del rompimiento de una relación sentimental.
La tecnología, a mi manera de ver, se vuelve alcahueta en los conflictos y patrocina el alejamiento familiar. Fomenta el no tener que asumir responsabilidad en el mundo corporativo por ejemplo, cuando al escribir un mensaje damos como terminado un asunto y dejamos el balón en el otro lado de la cancha. Entorpece la relación cara a cara y plantea una forma de relacionarse que aumenta la brecha generacional de por si complicada. Rompe los esquemas de la oportunidad -se puede poner un mensaje de texto a cualquier hora de la mañana y de la noche- y fomenta, si no hay mucha claridad y habilidad en el manejo de los aparatos , malentendidos inimaginables en la relación cara a cara. No importa la edad, el género, el origen étnico, la profesión o la situación económica. Es factible que muchos cuenten con teléfono inteligente en estos momentos.De hecho hay estadísticas que afirman que el 56 por ciento de todos los estadounidenses tienen uno. El teléfono, computador, la tableta y otros dispositivos de alta tecnología se han convertido no sólo un objeto, pero para muchos un mejor amigo. Quizás en Colombia este numero sea significativamente menor.
No puedo dejar de mencionar que hoy en día, hay una aplicación para casi todo lo que podamos imaginar. Cataloga los vinos, nos da los precios de un objeto en distintos lugares, nos lleva de un lugar a otro evitando el trafico, nos alerta de la presencia de la policía… nos informa cuantos puntos tiene una comida si estamos haciendo la dieta de weight watchers… es como si tuviéramos un cerebro en un disco externo. Nos abre un mundo de inmensas posibilidades y nos facilita otras tantas. Así mismo nos limita la capacidad de desarrollar habilidades y caminar en el mundo sin necesidad de tener un teléfono inteligente en el bolsillo. Con todas las cosas increíbles nuestros teléfonos inteligentes pueden hacer, hay una cosa que no ha cambiado desde que el teléfono fue desarrollado por primera vez. No importa que tan avanzados sean los teléfonos, todavía son dispositivos de comunicación . Conectan a la gente, hoy de manera que hace tiempo era inimaginable.
El lado oscuro de esta tecnología trae consigo consecuencias de obvia trascendencia una de ellas la adicción. La palabra «adicción» cuyo origen etimológico tiene tantas contradicciones como la adicción misma, se deriva de un término latino para «esclavizado por» o «unido a». Según el diccionario de la Real Academia, el término «adicto» procede del vocablo latino addictus, pero muy pocos saben que este término tiene su referente en una figura histórica. Efectivamente, según se cuenta, Addictus fue un personaje de la antigua Roma, muy famoso por su habilidad para gastar rápidamente el dinero que le prestaban sus acreedores. Addictus derrochaba todo el capital del que disponía en disfrutar de los placeres de la vida, no privándose de ningún capricho. Así las cosas, y dado que su capacidad para gastar superaba su habilidad para ahorrar, addictus pasó a usarse para definir el comportamiento de aquellos que sienten una necesidad compulsiva por consumir un bien concreto.
La adicción ejerce una larga y poderosa influencia en el cerebro que se manifiesta de tres maneras distintas: deseo por el objeto de la adicción, la pérdida de control sobre su uso, y la participación continua con ella a pesar de consecuencias adversas.
Como se correlaciona lo anterior con el uso de esta tecnología, especialmente del teléfono inteligente?
En la mesa de la comida, el celular se está convirtiendo en la norma como el tenedor y la cuchara. Hay afán de comprobar constantemente los textos, correos electrónicos, mensajes de Twitter y actualizaciones de Facebook. En un teatro a oscuras, siempre hay personas que revisan constantemente el celular mientras ve la película. Las mujeres íbamos al baño con amigas. Ahora no hace falta ir en pacota, vamos con el celular
No para aquí. Hace poco leí un articulo en la revista Psychology Today que decía que hora los estadounidenses están metiendo sus teléfonos inteligentes a su alcoba. Así es . Leen los mensajes de texto al tener relaciones sexuales. Menciona la revista que un estudio recientemente publicado indica que uno de cada diez participantes admitieron haber utilizado su teléfono durante el acto sexual. Entre los adultos jóvenes,entre 18 y 34 anos esta cifra llega al 20 porciento. 12 porciento usan sus celulares en la ducha. Peor aún, más de 50 por ciento reconoció que todavía escribe y manda mensajes de texto mientras conduce, a pesar de que las estadísticas dicen que esto es seis veces más peligroso que conducir borracho.
En serio, tenemos que tener el teléfono debajo de las cobijas? Tenerlo con nosotros todo el tiempo? Sera que la nomophobia (termino que define necesidad de tener el teléfono a la vista constantemente) se debe también al miedo de que la humanidad se entere de todo lo nuestro? también se puede. Uff…..Leon Edwards de Versapak , investigador ingles, declaró: «Estar desconectado de la tecnología es sorprendentemente estresante. Hay a menudo una sensación de perder, ya que nos preocupa lo que está pasando en el mundo … sin nuestro conocimiento.».
Otro termino para los terapeutas recientemente introducido a la practica «FOMO» (fear of missing out), es esa ansiedad y miedo cuando nos damos cuenta que el telefono está desconectado , ya sea por falta de señal, por la batería muerta, por que se le acabaron los minutos, porque se le olvido sacarlo o lo peor de todo: el horror de perderlo o que se lo roben! Yo me pongo nerviosa solo de pensarlo! El teléfono celular se ha convertido en una extensión de nosotros mismos, un mejor amigo, incluso un alma gemela .El duelo de perderlo puede equipararse al de pérdida de un mejor amigo. Es como en la época que fumaba cigarrillo. La idea de no tener por lo menos dos conmigo a todas horas me producía una ansiedad exagerada…
Ahora hay restaurantes que están respondiendo a la demanda de algunos clientes y a la implementcion de un «no celular» ,estableciendo de «zonas de silencio», e incluso ofreciendo descuentos para los clientes que dejan su aparato telefónico con la recepcionista.
La pregunta del millón entonces: ¿cuándo el uso del celular se convierte convertirse en una adicción pura y simple? hágase estas preguntas.
•Tiene usted sensación de ansiedad cada vez que no tiene su teléfono en su posesión física?
• Tiene urgencia de comprobar constantemente el teléfono para ver si recibió nuevos textos, junto con la obligación de responder de forma inmediata?
• Debido a que tiene que revisar su página de Facebook, tweets y textos noescucha lo que la persona delante de usted está hablando?
• Sale y a mitad de camino se da cuenta de que olvidó su teléfono y debe dar la vuelta para conseguirlo?
Si comprobar y volver a comprobar si tiene el telefono consigo es tan natural como respirar para usted, o si se siente ansioso o inquieto toda vez que el teléfono no está cerca de usted, puede estar adicto a la tecnología! Es probable que no necesite un programa de doce pasos por el momento, pero si se presentara como «Hola, soy Juan y soy un adicto al teléfono inteligente», entonces aquí hay algunas cosas que pueden ayudar:
1. No envie mensajes de texto mientras conduce. No ponga en riesgo su vida y la de los demas.
2. No lleve el telefono al baño. Tenga en cuenta la enorme cantidad de gérmenes que se arrastran en su teléfono. A nadie le gusta our por el telefono que esta soltando el baño.
3. Si esta en una fila y no puede dejar el negocio por un rato piense que a nadie le interesa enterarse de su vida laboral.
4. No haga uso del teléfono durante el sexo …… No, no voy a explicar por qué no. Simplemente no lo haga.
5.Al acostarse no use el telefono para conciliar el sueño. Sé que es divertido para mantenerse al día con el chat de amigos del colegio, meterse a Facebook y comprar cosas en Amazon justo antes de cerrar los ojos, pero estamos tratando de superar una adicción . Ah, apague el teléfono – por completo – antes de dormirse. NO es necesario para mirar los mensajes en 4 a.m. al ir al baño.
6. Cuando esté con amigos, apague el teléfono. No, no lo ponga en vibracion . APAGUELO.
7. Finalmente, pero no menos importante, cuando sea capaz de hacer todo lo anterior sin sufrir un ataque de pánico, tener dificultad para respirar o mareos,ha superado la adiccion.
La moderación es la clave. Si usted puede utilizar y apreciar la tecnología que está disponible sin perder la libertad , bravo. Pero para aquellos de ustedes que creen que su teléfono inteligente es un apéndice, piensan ponerse al día con sus amigos sólo se puede hacer en Facebook, o considerar a ser su verdadera mejor amiga, HAY QUE HACER ALGO AL RESPECTO!